Educar. Arte, ciencia y paciencia.

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viernes, 7 de febrero de 2014

...TODA LA VIDA PARA ARREPENTIRSE



H
AY EQUIVOCACIONES PARA LAS QUE TIENE UNO TODA LA VIDA PARA ARREPENTIRSE.

SI ESTÁS PENSANDO EN TOMAR
 UNA DECISIÓN TRASCENDENTAL,
NO TE DEJES LLEVAR POR
TU ESTADO DE ÁNIMO:
ANALIZA LAS CONSECUENCIAS Y
CONSÚLTALO CON UNA PERSONA DE CRITERIO.

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DIOS PERDONA SIEMPRE, el hombre algunas veces y la naturaleza nunca. Esta expresión recoge claramente que la propia naturaleza de las cosas tiene un proceso que, cuando el hombre lo trastoca, siempre pasa factura. Con un ejemplo basta: la recuperación de un bosque arrasado por un incendio exige un tiempo inamovible.

            Al igual que el incendio, el hombre provoca situaciones que le marcan para toda la vida. En muchas ocasiones, proceden de una falta de capacidad a la hora de afrontar los problemas; otras veces,  son el ambiente y las modas las que orientan nuestras decisiones.

            De ahí que cuando surgen problemas en la unidad familiar, hay que analizar detenidamente las soluciones y valorar los “pros y los contras”, y no dejarnos llevar por el ambiente.

            Según datos estadísticos del año 2002, cada cuatro minutos se rompe una pareja en España; es como un sarampión que amenaza a la institución matrimonial. El divorcio no es la solución. Hay multitud de datos que avalan esta afirmación: sufrimientos por ambas partes, problemas psicológicos a largo plazo en los hijos afectadossituaciones de pobreza y precariedad económica  y un largo etcétera.

            Reseño a continuación como botón de muestra un estudio que la doctora Judith Wallerstein realizó sobre el impacto emocional, económico y psicológico después de uno, cinco, diez y quince años de efectuado. La psiquiatra judío-norteamericana no emite opiniones, sino conclusiones. En su libro Padres e hijos después del divorcio afirma: «[Al contrario de lo que se quiere creer], en muchísimos casos el divorcio no resuelve los conflictos matrimoniales, que perduran a lo largo de los años, ni tampoco constituye una segunda oportunidad para que padres e hijos tengan una vida mejor y más feliz. El divorcio deja en los esposos marcas imborrables: el divorcio no es una crisis sin secuelas: las heridas causadas por la ruptura matrimonial pueden afectar a las personas involucradas a lo largo de sus vidas (…). En lugar de poner fin a los conflictos, es el comienzo de una discrepancia perdurable entre los ex cónyuges —se desencadenan las pasiones humanas más primitivas: el odio y los celos—  y de un resentimiento profundo en el esposo abandonado: de la propia estimación herida nace la sensación de haber sido explotado y humillado profundamente».

            Y para rematar, reseño las palabras de Lord Campbell, responsable de la primera ley de divorcio para Inglaterra en 1857: «Llevo dos días sentado en la Corte de Divorcio y como Frankestein, estoy asustado del monstruo que he llamado a la existencia… Parecen existir razones para temer que la profecía de aquellos que se oponían al cambio podrían cumplirse por una lamentable multiplicación de los divorcios y por la corrupción de la moral pública”.

            Dice Santa Teresa: «No hacer mudanzas en días de tormenta».



2 comentarios:

  1. Gracias por compartir este gran artículo, me ha encantado

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  2. Me alegro te haya sido de utilidad.
    Un saludo.
    P.D.: El libro en el que se apoya este blog, se ha utilizado mas de una vez como regalo de boda.

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