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ARA UNA MUJER LO PRIMERO, SU MARIDO, LO SEGUNDO SUS HIJOS.
NO TE RÍAS. ¿QUÉ ES PRIMERO:
EL HUEVO O LA GALLINA?
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POR UN AMOR MAL ENTENDIDO, muchas madres anteponen el amor de sus hijos al de su marido, y así lo expresa el sentir popular: a ti te encontré en la calle y a este lo he parido ¡yo! Con la venida de los hijos existe el peligro de que la mujer se convierta exclusivamente en madre.
Me viene a la memoria una historieta de un matrimonio que discutían acaloradamente. En un momento de arrebato ella le grita:
—¿Pues sabes lo que te digo? Que el niño no es tuyo.
Él, después de unos segundos de perplejidad le responde:
—¿Pues sabes lo que te digo yo? Que tampoco es tuyo.
La mujer colocando los brazos en jarra le responde:
—A ese lo he parido ¡yo!
Y el marido, con una irónica sonrisa apostilla:
—¿Te acuerdas cuando en la residencia sanitaria me dijiste que le cambiara porque estaba mojado? Pues te lo cambié por otro que estaba seco.
Bromas aparte, creo que es un deber de justicia y de orden. De justicia porque gracias al esposo están nuestros hijos en el mundo, y de orden porque hay que darle a cada uno su sitio.
Ni que decir tiene que el amor de esposa tiene unas connotaciones distintas al amor de madre, aunque si es verdadero amor, perseguirá el bien del hijo y del padre. Es más: no querría bien a sus hijos si no quisiera al padre.
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