Educar. Arte, ciencia y paciencia.

Educar. Arte, ciencia y paciencia.

sábado, 14 de septiembre de 2013

EL MATRIMONIO NO ES PARA LOS EGOÍSTAS



E





    L MATRIMONIO NO ES PARA LOS EGOÍSTAS.
EL MATRIMONIO ES PARA LOS GENEROSOS.

           POR LO TANTO, SI NO QUIERES ARRUINAR TU    MATRIMONIO, TOMA CLASES  DE GENEROSIDAD.

Ï

ARISTÓTELES DECÍA QUE de todas las variedades de virtud, la generosidad es la más estimada.

La generosidad es una virtud que hace atrayente a quien la practica, pues en su actuación no hay ninguna contrapartida, todo lo hace sin esperar nada a cambio.

Por el contrario, el egoísta demanda una respuesta a todas sus acciones.

 El generoso encuentra la felicidad en la acción de darse y el egoísta está destinado a sufrir, dado que se cree con derecho a recibir. Dice un proverbio que los años arrugan la piel, pero el corazón lo arruga el egoísmo.

Otras de las características del egoísta es la tristeza, que "es aliada del enemigo". Esto se recoge en los Proverbios: "La tristeza mueve a la ira y al enojo, y así experimentamos que, cuando estamos tristes, fácilmente nos enfadamos y airamos de cualquier cosa, y hace al hombre impaciente en las cosas que trata, lo hace sospechoso y malicioso, y algunas veces turba de tal modo la tristeza, que parece que quita el sentido y saca fuera de sí. Un alma entristecida está predispuesta al mal, como la polilla al vestido y la carcoma a la madera; así la tristeza daña al corazón del hombre".

La entrega o es generosa o no es entrega. De ahí la importancia de luchar por adquirir esta virtud.

Todas las virtudes se adquieren por repetición de actos hasta que se consigue un hábito. Estos actos se concretan en saber ceder gustosamente en los pequeños detalles de capricho, comodidad, etc., que hacen agradable la convivencia. En definitiva, estar dispuesto a hacer feliz a la otra persona.





No hay comentarios:

Publicar un comentario