OJO CON LAS COMPARACIONES¡
—¿CONOCES A FULANITO?
—SÍ.
—¿VIVES CON ÉL?
—NO.
—ENTONCES, NO LO CONOCES.
¡SE LLEVARÍA UNO CADA CHASCO!
LO MEJOR, LO QUE TENEMOS.
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SOMOS SERES POLIÉDRICOS, es decir tenemos más de una cara.
En las reuniones con nuestros amigos vemos normalmente la cara amable, pues procuramos ser afables y simpáticos: queremos ganarnos la estima y el respeto de los demás.
Sólo en la convivencia diaria se conoce a las personas. Por tanto, ni podemos ni debemos comparar a nadie ni andar diciendo cosas como:
—¡Fíjate en lo amable que es Fulanito; ya me gustaría a mí que tú fueses como él!
Los comportamientos y las actuaciones que tratamos de comparar se desarrollan en distintos ambientes. Salvando las distancias, para saber si un melón está dulce, hay que calarlo.